viernes, 12 de septiembre de 2014

Día 56 - Todos de pie, ¡reunión de gestión!


No siempre las bromas terminan bien. Esta vez se nos fue la mano.

En la oficina donde trabajaba, se reunía la jefatura todos los jueves para evaluar la gestión del departamento de marketing del laboratorio químico. Siempre pedían para la ocasión, café, leche y facturitas. Un día y por error, dejaron los termos y las facturas en la oficina de mantenimiento, muchas fueron las ocurrencias que sugirieron los técnicos. Desde comer las facturas y esconder los termos y negar que allí habían dejado los comestibles, hasta orinarles el café y ponerle vello púbico a las facturitas. Cualquiera de las opciones, eran fácilmente rastreables y terminarían en sanción para el personal de mantenimiento o para el muchacho que se había equivocado el destino de los alimentos. El tiempo no estaba a favor y en cualquier momento iban a pasar a buscar los termos y terminaría el tiempo de la broma. En eso , Pelaez un técnico electricista sacó un blister de viagra  y sin mediar palabra le metió dos en el termo del café. Un segundo después, apareció el chico de la cafetería blanco como papel porque lo había retado su jefe debido a la demora del servicio. Retiró los termos y los llevó a la sala de reuniones. Nos quedamos mudos por lo rápido de la acción. Nos pusimos a tomar mate y empezamos a pensar la cara que pondrían mientras se les iban parando los miembros y sobre todo como harían para ir al pizarroncito a explicar el flujo de las órdenes de trabajo. A medida que nos íbamos imaginando, nos reíamos mucho de lo que estaría pasando en la salita de reuniones. De pronto se escuchó un ruido de sillas y un murmullo increscendo, alguien gritaba una conversación telefónica y la sirena de la ambulancia se hizo presente. Bajaron los paramédicos y se llevaron al petiso Arzani con un ataque al corazón. Era muy loco ver a todos los jefes con la pija parada y la cara de preocupación por disimularla mientras llevaban a Arzani, obviamente al palo. Los de mantenimiento mirábamos poniendo nuestra mejor cara de póker. Más tarde supimos que Arzani sobrevivió pero tiene que cuidarse de los esfuerzos y la sal. Le pusieron un aparato que le mide la presión y las pulsaciones y cada tanto le da un shock y lo resetea. No puede acercarse a los microondas ni a los cajeros automáticos. En el Casino tuvo un episodio con la ruleta electrónica, cada vez que se acercaba le latía un ojo y los guardias interpretaron que estaba pasando señas a algún cómplice y lo echaron a patadas.

Algunas bromas terminan mal.

Pero que risa causan...