miércoles, 30 de septiembre de 2015

Polietileno

"Este sistema se aleja cada vez más de mi visión del mundo, o soy yo el que se aleja de este perverso sistema. Como sea a fin de mes me voy de esta empresa" nos dijo Grimberg mientras se sentaba en el banco de trabajo del conejo Aguirre.

Relato de Grimberg.

Desde que me fui a Perú entendí varias cosas.El cerebro nos vive mintiendo, nos crea una ilusión de comfort, nos instala ahí y desde ese entonces nos arbitra los medios para ganar dinero y no salir de esa zona de comfort. No sea cosa que pensemos de más y rompamos los esquemas con alguna revolución. Hace unos años en el viaje a Perú descubrí que se vive con muy poco, ¿saben? No hace falta mucho para ser feliz. Si hubiera traído el Ipad les mostraba las fotos de la miseria material en la que florece la alegría y el amor. La esencia del ser está en los rincones más recónditos del ser humano, hasta los peruanos tienen alma aunque sus caras expresen otra cosa. Les juro que quise dejar todo para andar en bolas por Nazca absorbiendo los mensajes de los antiguos dioses y tragarme de una mirada todas las estrellas, pero la guía de la excursión me dijo que los peruanos son medio estrictos con el tema del nudismo. Claro, son lacayos del imperialismo pobres, pero ya van a lograr zafar. Cuando volví me empecé a preparar para la revolución cultural. Les pedí una combi medio hecha mierda a los socialistas que tenían al pedo. ¿Sabés que me dijeron? ¡Que me la vendían! Increíble. Es como si al Che Guevara le cobraran las balas. ¡Estamos todos locos! La idea era pedirle a Juanma un televisor LCD que tenía al pedo, las sillas de plástico que tiró al galpón mi viejo y salir a mostrar cine alternativo a los pueblos del norte. Imaginensé, que esa gente en la puta vida vio buen cine. Les caes a esos negros con una de Stanley Kubrick y les rompés el mate. Es como un viaje de ácido sin ácido. Obviamente me deprimí y me fui a Galápagos dos meses. ¿Saben que hay en Galápagos? Naturaleza, por donde mirés hay naturaleza y tortugas. Un día estaba en una roca pensando mi siguiente paso y una foca se puso enfrente mío, ¡una foca! ¿entienden? La foca me miró fijo, yo la miré . Ahí no hay bañero ni nadie que te salve las papas. Así que grité con todas mis fuerzas y salí cagando y me rompí contra una roca. Ahí tuve la revelación. No se puede vivir así como un esclavo del sueldo aplastando los sueños y regalando la vida a un empleador. No creo que se pueda llamar disfrutar a tomar tres mates amargos hablando de fútbol. Hay un mundo muriendo allá afuera y necesita cada esfuerzo nuestro, mientras tengamos las necesidades satisfechas no vamos a servir para nada. Por eso me di cuenta que estuve equivocado todos estos años y tomé la decisión de irme a la mierda. Me voy a laburar con mi viejo.

Después del relato , y sintiendo que el conejo Aguirre y yo estábamos meando horriblemente fuera del tarro y pensando en la revolución de la mano de Grimberg, se nos ocurrió preguntar ¿qué iba a hacer con su padre? ¿a qué se dedicaría?

Me voy con mi viejo que tiene una fábrica de bolsas de Polietileno.

Se me vino esta imagen a la cabeza y se me desbarrancó un revolucionario.
Lo único que buscaba con todo esto, Grimberg , era una piojosa venganza a largo plazo para con la pobre foca de Galápagos