jueves, 29 de enero de 2015

Día 6 - Literalmente

Don Nannini nos contaba cómo una enfermedad lo separó de lo que restaba de su familia.
Nunca fue un tipo sociable, la mayor parte de las veces se peleaba con los vecinos, a los chicos les reventaba cada pelota que caía en su jardín, a su hija le hizo la vida imposible con cada novio que tuvo, de los oficiales y de los otros. Esto puso mucha distancia con su única familia. Lo único que doblegaba a don Nannini era su nieta Camila. Tal era la distancia entre su hija y él, que su corazón pareció endurecer más con el tiempo.
Como siempre sucede, estas cosas se diluyen cuando la muerte ronda por la tierra. Así fue que un cancer de intestino, terminó por dejar a don Nannini sin fe ni sistema excretor. Quiso suicidarse con una escopeta vieja, pero la invitación a último momento al cumpleaños número tres de Camila terminó por ablandar lo que quedaba de su viejo corazón.
Se dio un baño, buscó la camisa blanca y se acomodó prolijo la bolsita de colostomía para que le quede a un costado.
Como pudo llegó a la casa de su hija. Se bajó del taxi y Camila abrió la puerta ante la sorpresa pintada en la cara de toda la familia política de Nannini. Como en cámara lenta, Camila abrió los brazos y corrió hacia su abuelo gritando feliz. La hija de don Nannini pareció olvidar por un segundo el tormento padecido en su juventud y pensó si se trataba de una segunda oportunidad.
Camila lo abrazó con mucha fuerza, de manera que la bolsa de colostomía reventó manchando de pies a cabeza a Camila que estrenaba un vestidito blanco.
Se alejó de su abuelo y la hija de don Nannini la agarró como a una bomba y la llevó mirando con profundo odio a su padre que sin querer arruinó el cumpleaños.
Nannini miró a todos y los mandó a la mierda. Giró sobre sus talones y volvió a la casa.
"La relación entre mi hija y yo se fue a la mierda" nos dijo don Nannini, "¡Literalmente!"