Apertura de una sucursal del banco.
Instalar una sucursal de un banco de esperma en el champú de un compañero al que se la tienen jurada. Los depósitos son a toda hora siempre y cuando el dueño no esté cerca del vestuario.
Resortes en la mermelada.
Colocar un pendejo en la mermelada del mismo compañero al que se la tienen jurada. Una variante es meter la chota y sacar una foto con el smartphone y cuando esté cerca del final de la mermelada, imprimir la foto y dejarla pegada con un iman en la heladera. Asegurarse la homogeneidad etnica ya que si hay un solo pelirrojo va a ser facil de identificar, a menos que este último sea la victima.
Cambio frio/caliente
Si al compañero al que se la tienen jurada, sufre de hemorroides, una joda pesada es cambiar las tapas de las canillas del bidet, la fria por la caliente y viceversa.
Suscripción forzosa
Si se deja la sesión de la computadora abierta, suscribir a la victima a toda cuanta página de encuentros haya, invitar a falsos asados, hacer confesiones de baja calaña, felicitar al jefe y poner en copia a todos los compañeros para que sepan lo chupamedias que se puede llegar a ser.
Lencería ajena
Colocar lencería femenina en el bolso o mochila de la víctima, preferentemente mezclada con la ropa de trabajo, en los bolsillos de los pantalones usados, así lo descubre la mujer cuando lo revisa generando flor de quilombo.
Falsa ausencia.
Cuando la mujer/ novia o pareja de la victima llama por teléfono y atendemos nosotros, contestar que la victima está de vacaciones hace unos días, y que raro porque hace un rato llamó otra señorita preguntando y le contestamos lo mismo y cortó furiosa.
Falso video club
Grabar en un pendrive mucha pornografía bizarra y pesada con inocentes títulos como "Rapido y furioso 7", "Los Fockers 4, el campamento", "Frozzen 2", "Tonto y retonto , el regreso" y dejarlo a mano, preferentemente un viernes. Grabaro en AVI así lo puede conectar directamente al smart TV para alegría de la familia.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Día 48 - Uri Geller casi hizo que nos despidan del trabajo.
Por los años '70, existió un mentalista llamado Uri Geller.
Se había hecho famoso por doblar cucharas y adquirió notable y repentina fama
entre los adeptos a la metafísica.
Juvenal Ullúa, un ferviente admirador y cultor de las artes
ocultas, se fanatizó y empezó a conseguir material de Uri Geller. A diferencia
de los tiempos y la conectividad de hoy en día, Juvenal mantenía contacto por
correo postal con los seguidores de Uri a lo largo del mundo. Encontró que
mucha gente de distintos países participaban en reuniones y charlas de
metafísica y fenómenos paranormales. Por correo, y previo giro postal, Juvenal
se compró diversos artículos: Una cámara Kirlian que le costó como un Renault
gordini casi nuevo, un set de electrodos para actividad paranormal, estructuras
piramidales de aluminio con la base para poner hojitas de afeitar que se iban a
regenerar, orientadores de energía (que básicamente era una brújula con el
cuadrante dibujado con llamitas, un rio, una montaña y un tornado). Tanto
insistió que logró conseguir un libro que había editado en los '70 , El poder
de tu mente (luego se reditó por el año 1998). A partir de ahí Juvenal derrapó
mal. Una cosa era que te saque una foto kirlian de la mano y haga el análisis
del aura, que te manguee hojitas de afeitar para regenerar, o comer comida
podrida regenerada en la pirámide, pero otra cosa distinta es que te quiera
clavar un alfiler en la mano diciendo que el dolor está en la mente y que uno
puede dominarlo. Nadie le daba pelota y así podría haber seguido hasta que el
viejo Cabrera, un pañolero del taller mecánico le dijo "Y hacé algo vos
Ullúa que tanto rompés los huevos con la metafísica y la puta que te
parió".
Desde el limbo Juvenal dictó "Traé la pava que está en
la hornalla con agua caliente". Se hizo un silencio de muerte. Cabrera se
levantó y trajo a la mesa la pava chillando y la tenía de la manija de madera.
Los morochos nos arrimamos un poco por el misterio, y otro poco porque Cabrera
que era negro se había puesto pálido y temblaba. Juvenal se arremangó, juntó
las palmas de las manos a la altura de la nariz como si se la fuera a sonar, y
empezó a recitar algo apenas audible. Con los ojos cerrados y las venas de la
sien a punto de explotar extendió las palmas de las manos hacia adelante y
hacia arriba mientras recitaba un mantra en voz alta. El aire se podía cortar
con tijera, lo juro. Con voz cavernosa ordenó "Cabrera, poneme la pava en
las manos. Ahora" . Cabrera obedeció ante la mirada de nosotros. Juvenal
sostuvo la pava casi 10 o 15 femtosegundos y revoleó la pava a la mierda
quemándole la cara a todos los boludos que estábamos mirando la escena.
Terminamos todos en servicio medico y suspendidos por dos semanas. Cuando nos
recuperamos, le dimos una feroz golpiza.
Testimonios:
http://es.wikipedia.org/wiki/Uri_Geller
http://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-521506565-camara-kirlian-modelo-kmb-1-nueva-_JM
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