martes, 5 de julio de 2016

El argumento Belluomini

Estimado compañero delegado:
Como sabrá, se lo habrán hecho saber mis compañeros, no soy amigo de las medidas de fuerza. Por favor no me malinterprete y dispóngase cinco minutos a leer mi argumento y seguro me va a entender. De verdad valoro la lucha que año tras año ud y mis compañeros llevan a cabo para lograr mejoras salariales o para conseguir la reincorporación de los empleados suspendidos y créame que cada vez que los veo cortar la entrada de la fábrica el corazón se me rompe.
Por eso es que quiero que sepa una cosa: tengo un cuerpo carnero. Mi cabeza de verdad quiere ir a las marchas, ir a ponerle el pecho a las balas, a unirme a los gritos contra la patronal que día a día nos oprime y socava nuestras economías. Todos mis pensamientos se alinean con los de mis compañeros, pero el cuerpo hace otra cosa. Él se empeña en asistir todos los días , día tras día, al trabajo, a destajo, que mientras todos para , él está produciendo lo que hace falta para que no se note el vacío de los obreros, aún en horas extras. Compañero delegado, ud mas que nadie sabe lo que es tener un obrero que "carnerea" cuando todos paran, y eso lo indigna, ¿cómo no va a entender a alguien cuyo cuerpo es su propio enemigo? Me gustaría que alguno de esos que me gritan cada vez que entro a la fábrica se pusiera una vez sola en mi lugar. Que un día uno solo de ellos sepa lo que es subirse a un cero kilometro o ir a cenar afuera todos los viernes y sábados sabiendo que nada de eso es merecido. Ojalá NUNCA les toque estar en mi lugar. Sufro, compañero, sufro mucho, y tengo que hacerme de piedra para poder seguir. Busco todos los día motivos para no pegarme un tiro, sería lo más fácil. Pero no, yo soy un luchador....
...solo que mi cuerpo no me acompaña.


Con afecto,
Roberto Belluomini.
Legajo: 20535