lunes, 27 de octubre de 2014

Día 34 - ¡Feliz cumpleños Arquitecto Fonsecca!


El arquitecto Fonsecca, estaba a punto de cumplir los 40. Muchas cosas había logrado en esta etapa de la vida. Se había recibido con un excelente promedio, tenía un buen trabajo, una esposa excelente y dos hijos que día tras día lo llenaban de cariños y logros. Sin embargo había cosas que le habían quedado en el tintero. Drogarse, lo que se dice drogarse, no lo había logrado, pero dos porritos compartidos hacían que esta experiencia fueran materia superada. Los deportes de riesgo se redujeron a dos vuelos en avioneta de fumigar de su tío Salvador que lo llevó de prepo cuando tenía diez años. De todas las materias pendientes, una le llamaba la atención en particular: tomar una sesión sadomasoquista. No estaba seguro de esto último, aunque cada vez que podía miraba algo en youtube o leía algún foro. Había veces que le causaba miedo y hasta llegaba a cuestionar el por qué la gente pagaba altos precios por hacerse golpear o humillar. Por lo general, según leyó, los más popensos a estas prácticas eran personas poderosas o que tuvieran gente a su cargo. Pero pudo más la curiosidad y se puso en campaña para sacarse esas dudas. Se contactó utilizando un falso nombre via telefónica con algunos lugares. La mayoría le preguntaban que tipo de práctica le interesaba y Fonsecca no tenía idea que decir. Cierta tarde, dio con un lugar donde lo atendieron amablemente. Por teléfono acordó una cita que coincida con un viaje de trabajo. Pidió una chica rubia, vestida de cuero negro y que no hable hasta empezar la práctica, que él iba a ir guiandola a medida que entrara en juego, aclaró que era la primera vez en este tema. Con muchos nervios, Fonsecca armó el maletín y se despidió de su familia. Llegó al lugar de la cita y apagó el celular. Se aseguró de dejar en el auto el maletin y la billetera con toda su documentación y sus tarjetas de crédito. Sentado en un amplio sofá, le cobraron la tarifa y lo hicieron pasar a una habitación iluminada de azul. Lo sentaron en una silla y lo ataron con correas. Todavía estaba vestido cuando se abrió una puerta y se recortó una silueta sexy que traía algo colgando de la mano. Se acercó haciendo sonar los tacos en el piso de madera. Era una rubia espectacular como él había pedido y cuando estuvo frente a él levantó una pierna y le pisó el pecho. Con la mano libre le soltó las correas de las manos y Fonsecca quiso tocarla pero le dio dos tremendos fustazos en las manos. Bajó su pierna liberando al arquitecto y le señaló el piso. Fonsecca no entendía pero estaba muy excitado y el corazon le galopaba fuerte. La rubia insistió con el ademán, y Fonsecca solo levantó las cejas. La rubia estalló y gritó “¡ARRASTRATE!”, pero con un acento de provincia que sonó como ashastrate, patinandole la erre dandole a la escena un color muy gracioso. Fonsecca reprimió una risa lo más que pudo, hasta que la rubia le repitió la sentencia y ahi el arquitecto un poco por los nervios y otro poco por la situación estalló en carcajadas. La rubia, acostumbrada a que la obedezcan se desarmó en llantos, intentó una vez más someter al pelotudo de Fonsecca y el resultado fue patetico. Salió corriendo de la habitación diciendole a alguien que el cliente no se portó bien, y de la nada salió un patovica que le dijo “ Te vas o te saco”. Fonsecca no podía parar de reise de la rubia que seguía quejándose y arrastrando las erres a los gritos diciendo que no iba a trabajar nunca más. Así que el patovica lo agarró del forro del traste y lo sacó a la calle. Lo vio un patrullero y Fonsecca no hacía mas que reirse y reclamar que en el burdel lo habían estafado en cien dolares. Tal fue el escandalo que armó que terminó declarando en la policía. Días después, le llegaría la citación a declarar. La rubia se llamaba Soledad Pereyra y el unico ingreso era su tarea como prostituta, así que la mina le estaba haciendo un juicio por lucro cesante o algo así. La mujer de Fonsecca se fue con los hijos , del país, por vergüenza. A Fonsecca no lo llamaron más por trabajos para el municipio, y hasta ahora le pasa a la rubia lo poco que gana levantando quiniela clandestina. Volvió a vivir con su mamá, y la semana que viene cumple cuarenta y un años. !Feliz cumpleaños Fonsecca!