martes, 28 de octubre de 2014
Día 32 - Pulgares arriba
Nuestros antepasados, los más
parecidos a los monos, empezaron a diferenciarse de estos en cosas
sutiles. Poseían un sistema de comunicación muy precario basado en
gestos, señas y gruñidos y además poseían la habilidad de tomar y
manipular pequeños objetos con los dedos índice y pulgar. Esto
último les permitía hacer elementos más pecisos, curarse las
heridas, separar las hierbas venenosas de las comestibles y escribir
o pintar detalles que transmitirían la historia para siempre como un
documento. Es decir, que el pulgar servía para diferenciar a los
aptos de los rústicos. Cuentan que en cierto tiempo, junto con el
progreso crecieron también la ambición y las ansias de conquista de
lo ajeno, y solo iban a sobrevivir los más aptos. Alguien, que se
constituyó como líder de un gran grupo, tuvo que decidir si seguir
alimentando rústicos o crear un ejército de aptos y avasallar con
lo que pueda para procurarse territorio y alimento, así que como
pudo ideó un sistema ingenioso. Se rodeó de tres rústicos armados
con palos e hizo pasar uno por uno los habitantes de la tribu. Con
gruñidos y fuertes ademanes les indicó que levantaran ambos
pulgares, si lo lograban hacer, formaban parte de los aptos, sino
eran molidos a palos por los tres rústicos. Ese fue el primer
criterio de selección de personal que se conoce hasta el momento y
está detallado en tablas que se encontraron en el este de África.
En ellas se pueden ver figuras con los pulgares alzados mientras los
rústicos apalean a los brutos. Por eso, cuando algún poderoso se
acercaba, nuestros antepasados sonreían y levantaban ambos pulgares
en señal de que se encontraba todo en orden. Rara vez el líder
poderoso levantaba su pulgar. Se sospecha que los rústicos lo
apalearon y tomaron su lugar ya que en algún momento ellos mismos,
los rústicos, corrían serios riesgos de ser apaleados por los aptos. Así se creó
una estructura de poder que aún en estos días sigue vigente. Sólo
sobrevivirán los aptos y los alcahuetes y serán guiados por los
tres rústicos.
Día 33 - Herodes tenía razón...
Cuando conoció a los chicos
superdotados.
Cuando la psicopedagoga le dijo que su
hijo era un niño índigo
Cuando un sobrino le encontró el
celular abierto y le retransmitió todo el porno sin querer a su
familia.
Cuando al hijo de la vecina le
regalaron una flauta dulce al principio del verano.
Cuando tiene que llevar a vacunar a sus
hijos.
Cuando vienen con malas notas del
colegio y encima pretenden estar solos y que nadie los joda salvo
todos sus amigos.
Cuando llevó al pendejo a tae-kwon-do
y de una piña le rompió el smart TV
Cuando se fueron de vacaciones y el
hijo del que le cuidaba la casa le comió los ferrero rocher que
tenía acovachados en la heladera atrás del decadrón.
Cuando el hijo le echó jabón en polvo
en la pecera al pez que le costó un huevo.
Cuando el hijo le tiró la billetera
por la ventanilla del auto en pleno centro un sábado a la noche y le
dijo tres cuadras después.
Cuando le preguntó a los hijos si lo
acompañaban al Carrefour y le dijeron que no. Un rato después se le
aparecieron entre las góndolas y dejaron el auto abierto.
Cuando ganó el quini y el hijo le dio
de comer la boleta al perro.
Cuando se estaba bañando en pleno
julio y el hijo le abrió en la cocina el agua caliente y se fue a la
pieza a ver tele a todo volumen.
Cuando el sobrinito le formateó la
notebook y perdió todos los originales de sus libros, los contactos
comerciales, las películas y el porno sueco.
Cuando el hijo de la vecina se encerró
en el baño y desde afuera solo se escuchaban ruidos de frascos
rotos.
Cuando el ahijado en plena navidad
encontró los regalos y los abrió a todos.
Cuando el compañerito de jardin de su
hijo les dijo a todos que los reyes son los padres y lloró dos meses
seguidos.
Cuando el hijo se aviva que en lugar de
jugo Inca es un preparado berreta y arma un berrinche en pleno
restaurante.
Cuando se mató armando una tarta de
verduras riquísima y el hijo hinchaba las pelotas que quería
salchichas.
Cuando el sobrino y los amiguitos le
dijeron al pibe nuevo del jardín que era adoptado y los padres casi
lo cagan a trompadas y le prenden fuego el auto.
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