martes, 17 de marzo de 2015

Bonus Track

No se puede poner los nombres verdaderos, porque se trata de menores. Se cambian por otros de ficción.

Verónica cumplía los 15 en la ciudad de San Pedro, y sus padres habían organizado una fiesta familiar y amigos íntimos en una quinta alquilada. Los amigos de Verónica se fueron contactando por whatsapp y algunos invitaron a otros. Su amiga más cercana, Valeria, había invitado a un grupo del Club Náutico que frecuentaban el boliche y entre ellos se encontraba Pablo, su nuevo noviecito. Los padres habían organizado y dispuesto todo en forma prolija y hasta unos viejos compañeros policías del papá de Verónica, se ofrecieron para cuidar el orden y el buen desempeño de la fiesta.
Como era de esperar, todo iba desarrollándose conforme a la noche que acompañó como nunca con una luna llena espectacular. Pasaron el video, el vals y Verónica estaba pasando la mejor noche de su vida. Se estaba repartiendo el cotillón cuando desde afuera, entran en shock y con la ropa destrozada Valeria y Pablo. Tenían el aspecto de haber recibido una paliza, a ambos les faltaban el calzado y los celulares. Valeria tenía la ropa interior rota, señal de haber sido penetrada y Pablo estaba temblando como una hoja. Después de tomar algo fuerte, pudo decirle Pablo al papá de Verónica que con Vale se habían ido a la cancha a estar un rato solos cuando un grupo de cuatro chicos armados con revolver, salió de la nada y le sacaron los celulares y las zapatillas. No contentos con esto, manosearon a Vale y le pegaron a Pablo un par de trompadas, y los obligaron a tener relaciones mientras los filmaban con el celular de Vale. Pablo interrumpió el relato varias veces para preguntar como estaba Valeria, mientras que el grupo de chicas que la rodeaba no conseguían sacarle una sola palabra. "¿Podés reconocerlos si los volvés a ver?" preguntó uno de los amigos del papá de Verónica a Pablo, y este asintió con la cabeza. "¡Vamos a la policía a hacer la denuncia!" dijo el papá de Verónica..."¡No!" dijo Vale "¡Si hacemos la denuncia, dijeron que iban a subir el video a youtube!"  No era fácil la situación, cada vez que se quería avanzar con la denuncia, Vale se ponía peor y hasta llegó a descomponerse. Vino una doctora de la unidad de emergencia y la revisó, le inyectó un calmante suave y la llevó a la casa acompañada por la mamá de Verónica. El padre de Vero acompañó a Pablo y trató de convencerlo que haga la denuncia, que era importante que no quedara la cuestión así nomás, pero Pablo insistió en lo importante que era que no se sepa lo que pasó, que lo único importante era lo que quisiera Vale, sólo si ella estaba de acuerdo hacían la denuncia. "Presteme el celular por favor, quiero bloquear el mío y el de Vale para que estos hijos de puta no puedan usarlos, al menos por un tiempo." El papá de Vero le dio el celular a Pablo y este tecleó un rato varios numeros y acciones. "Gracias", dijo devolviendo el celular a su dueño, "Al menos por dos días no los van a poder usar, ya veremos mañana que hacemos. Dejeme acá nomás, vivo en la otra cuadra, ya estoy mejor."
Le preguntó varias veces si estaba seguro y Pablo insistió que sí, que no quería preocupar a los padres llegar acompañado y que mañana de día les iba a explicar mejor lo sucedido. Y desde allí caminó solo.
Faltaban veinte metros para llegar, cuando de la oscuridad salieron cuatro sombras que se le acercaron hasta rodearlo. Al verla Pablo se puso blanco y casi se desmaya, se trataban de los atacantes de la fiesta. "¡Que te pasa pelotudito! ¿Ya no nos conocés?" dijo el más grande de ellos. "¡Ah, la puta que te parió!" dijo Pablo "¡Me asustaron hijos de puta!". "¿Que te quedaste haciendo boludo? ¿Te quedaste sacando la cintita dela torta?" . "¡No boludo! No me largaban más, y querían llevarme a la cana a hacer la denuncia. ¡Che! ¡Denme las zapatillas y el celular! ¿Tienen el video?" . "¡Si boludo! ¿Te lo paso?". "¡No! Borralo...Vale quedó medio para la mierda" dijo Pablo, "¡Ya fue! Si la sigo me deschavo...mejor me abro"
Los cuatro se fueron por donde vinieron y Pablo les gritó "¡Che boludos! ¿Y el celu?"
"Olvidate, lo hicimos plata..." le dijeron "¡Ya te hicimos la gamba para ponerla! ¿Qué más querés? ¡Tomátelas!"
"Hijos de puta" murmuró Pablo, mientras se metía en la casa de sus viejos.

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