Desde su habitación, Valeria veía a sus lejanos ídolos
pegados en la puerta. Eran tres personajes irreales que hacían una música que
la transportaba lejos del silencio monótono de Firmat, una localidad al sur de
Santa Fe. No conocía ningún boliche bailable y lo más parecido por esas tierras
eran unos bailes familiares con orquesta en vivo. En su pieza tenía un
tocadiscos y seis vinilos de rock nacional, una infinidad de cassetes grabados
por un amigo de la radio y unas revistas de las que recortaba fotos y notas del
grupo favorito y pegaba prolijamente en las tapas de las carpetas de estudio.
Una tarde de abril, su amigo de la radio le pasó un dato: se
iba a hacer un concurso por una entrada a un boliche bailable al cual iban a
venir sus ídolos. Solo había que adivinar la canción y llamar a la radio ni
bien anuncien el concurso. En esa época no había teléfonos móviles y no todas
las casas tenían teléfono fijo así que había que estar muy atento a la radio y
sobre todo cerca de un teléfono. Era una tarde soleada y Valeria no se
despegaba de la radio ni un segundo. Lejos estaba de hacer la monografía de
historia europea y corría riesgos de empezar mal el último año de la
secundaria. Entonces pasó: el locutor comenzó una efusiva arenga con un tema de
fondo hasta que por fin anunció el concurso "Desde ahora, quien llame a la
radio y diga el nombre correcto de la canción , se lleva cuatro entradas para
ver Soda Stereo" y el volumen del tema subió hasta el infinito. Valeria
cerró los ojos, hizo fuerza y salió corriendo al living de la casa. Marcó
torpemente seis veces el teléfono de la radio , hasta que del otro lado recibió
el ansiado mensaje "Te comunicaste con la radio, decime como se llama el
tema y tus tres últimos números del documento". "¡Prófugos!¡Se llama
prófugos y es de Soda Stereo!" gritó Valeria en la soledad de la casa que
retumbó interminablemente. "Quedate en línea Vale" le dijeron
mientras sentía que se le salía el corazón del pecho. A lo lejos se escuchó
"Nos llamó Vale de Firmat, cuyo documento termina en tres cinco siete y su
respuesta es.....¡Correcta!¡Se ganó cuatro entradas para el sábado dos de mayo,
para ver Soda Stereo! ¡felicitaciones! Pasalas a buscar a la radio de quince a
diecisiete con el documento."
Valeria colgó y se puso a gritar como loca, llamó a sus
amigos quienes la saludaron ya que estaban escuchando la radio. Faltaba la
parte más difícil, decirle a sus padres que se iba a otra ciudad a un
boliche.No le gustaba mentirles pero la posibilidad que la dejaran ir era
remota y se iba a poner muy mal si se confirmaba su sospecha.
Con el ánimo dividido se fue a lo de su amiga Malena quien
le dió la solución que no encontraba. "Es el feriado del día del trabajo,
vamos de campamento a la localidad del recital a un camping y a la noche del
sábado nos vamos a ver Soda y al otro día a la tarde nos volvemos. Traete la
ropa de salir a casa unos dias antes así no levantas sospechas. ¡y no te
olvidés de las entradas!" Con un fuerte abrazo le agradeció y fue a su
casa a terminar la bendita monografía y a hacer buena letra para que la dejen
ir de campamento, algo que era mucho más viable que la salida nocturna.
Como era de esperar, el permiso fue dado y los preparativos
se hicieron en tiempo record. Las iba a llevar el papá de Malena en la
camioneta junto con dos amigos más del barrio. Si bien el plan marchaba viento
en popa, Valeria sentía que estaba traicionando la confianza de los padres y
estuvo tentada de decirles la verdad cuando estaban a punto de partir. Los miró
en silencio un par de segundos y el silencio lo rompió el papá de Vale diciendo
"¡Cuidate!¡Te vamos a extrañar!". Valeria sintió un vació en el
estómago que casi la hizo soltar dos lágrimas. Esa sensación le duró hasta que
Malena le recordó el motivo del viaje y la alegría le volvió de a ratos.
"Mirá boluda, cuando volvamos a casa, si te dura la culpa les decís a tus
viejos lo que pasó y te bancás lo que sigue, o hacés de cuenta que no pasó nada
y jurate que nunca más les vas a mentir. Por ahí se te hace más liviano. De
todas maneras no estamos haciendo nada malo, nos vamos a un recital
nomás.¿eh?" le dijo Malena y Valeria optó por la segunda opción, no quería
defraudar a sus padres y enos por algo menor como este tema.
El viernes se pasó en el viaje y la tarde del sábado
escuchando hasta el hartazgo el cassete grabado del complidao de Soda Stereo.
La noche era ideal, un cielo estrellado las recibía en la puerta del boliche.
Los nervios pudieron más y Valeria comenzó a vomitar saliendo de la fila.
"¿Te sentís bien?" le preguntó Malena. "Vamos boluda, no puedo
entrar, no puedo....es mas fuerte que yo..." dijo Valeria y empezó a llorar
desconsoladamente "Me voy a casa Male, quedate vos con los chicos".
"¡pará Vale! Vámonos las dos, te acompaño, dejamos a los chicos y les
damos las dos entradas extras, no te puedo dejar sola así." Cerca de
ellas, dos muchachos escucharon la charla y disculpándose les ofrecieron
comprarle las entradas. "Miren chicas, somos de Arroyo Seco y vinimos
cuando nos enteramos y no quedan más entradas" les dijo uno de ellos
"Si no van a ir se las pagamos a lo que salen en la boletería o lo que
ustedes pidan, ¿Quieren?". "Tomá flaco, disfrutalas, no hay drama,
pasalo bien que mi amiga está descompuesta y me la tengo que llevar" les
dijo Malena dándole las entradas.
A las dos de la
mañana se anunció el show, Hacía mucho calor y las luces se apagaron. Desde la
oscuridad se escucharon los primeros acordes. Los gritos llenaron el lugar y la
luz cegó a todos. Empezó el recital con toda la furia y la gente comenzó a
saltar imparable.
La noticia no podía ser más impactante. El único diario de
San Nicolás titulaba la tragedia como "La masacre de Highland Road"
aludiendo al frustrado recital de un grupo que se llamaba "Sol
Estereo" como escribió alguien que no conocía el mundillo del rock.
Corria el mes de mayo del año 1987.
El boliche aún sigue cerrado, a pesar de
los intentos de reabrirlo aunque sea como un templo religioso.
Valeria no pudo confesar su escape con Malena. Tampoco
volvió a escuchar más Soda Stereo. Malena carga con la culpa de lo que pasó con
los muchachos, aunque a lo mejor fueron otros dos los muchachos de Arroyo Seco
que cayeron desde el balcón.