viernes, 8 de mayo de 2015

Olvidos....(y basta de entradas)


Una vez escuche a Joaquín Sabina mencionar en una canción al olvido selectivo. Me pareció interesante la idea de poder olvidar lo que uno quiere. Inmediatamente se me hizo una analogía con el mundo informático y pensar a la memoria como un disco rígido al cual cada tanto seleccionaríamos un montón de data y borrarlos para siempre. También estarían esos datos que uno no esta tan seguro de borrar y los pone en una zona temporal, por si acaso. También estaría la posibilidad de tener una memoria residual, una suerte de papelera de reciclaje por si borramos algo accidentalmente, por ejemplo si tenemos una carpeta llamada Marianela, que fue nuestro primer amor de la primaria, y también esta la carpeta Marianela 2, que es nuestra primer hija y nada tiene que ver con aquella Marianela de la infancia, corremos el riesgo de borrar torpemente a nuestra hija por error. Por eso es bueno tener todo ordenado, por las dudas. Tampoco uno va a andar borrando al voleo o solo para meter un par de datos duros que tengan que ver con métodos seguros de trabajo o plazos de entrega. Se podría aprovechar esta habilidad, la del borrado selectivo, para sacarse un recuerdo traumático, o a ese mal conductor que nos puteo sin razón, o eliminar charlas innecesarias o que no nos aportaron más que dolores de cabeza.

Me puse a investigar un poco si algo de esto era posible. Leí algo acerca de métodos de yoga para relajar y dejar que las malas ondas fluyan, pero no me resulto. A hora de poner la mente en blanco los malos recuerdos eran lo único presente en la pantalla imaginaria que uno proyecta como muleta. Leí que con hipnosis se podrían recuperar recuerdos que uno tenia olvidados, era como uno de esos programas que usan para recuperar la información perdida de los pen drives borrados accidentalmente, y si existía algo para recuperar, tendría que en teoría existir una herramienta equivalente al format de algunos sectores de la memoria de la mente. Un psicólogo amigo, me comento que si bien hay maneras de ocultar algunos recuerdos traumáticos, la mente siempre se abría paso para dejar alguna puerta abierta y frente a ciertos estímulos los traumas volvían. Esto me pareció como la piedra filosofal que les aseguraba trabajo de por vida a estos tránsfugas de los psicólogos, y deje de pensar el tema como un asunto de software y me enfoque al hardware, fui a preguntar a un neurólogo. Otro soliloquio me esperaba. Me conto, el neurólogo, que la mente es un conjunto de redes que se interconectan e interactúan con un comportamiento que aun tiene en fase de investigación a los especialistas. Me conto que por la década del 20 se intento anular ciertos sectores de la memoria con electroshocks, y que en muchos casos los resultados eran nefastos. Se anulaban junto con una parte de los recuerdos, reflejos básicos y rutinas cotidianas como parpadear y avisarle al cerebro que se esta desbordando la saliva. No obstante, el cerebro se las ingeniaba para recablear las redes perdidas y utilizar el 80% de materia virgen como memoria redundante o backup.

Así que la cosa se resumía a una frase, era imposible olvidar a propósito.

La idea no dejaba de inquietarme, no podía dejar de pensar que este hecho era similar al accionar artero de los reparadores de PC, automóviles y celulares, que te tiraban una explicación coherente que no conducía a ningún lado salvo a la mejora, reforma o al cambio de modelo de la unidad con problemas por una superior, con la diferencia que solo tenemos un cerebro.

A los 30 me preocupaba este tema, ahora a los 40 me preocupa mucho el olvido involuntario. La volatilidad de datos que son realmente importantes como nombres de cosas y personas u horarios de diversa índole se van de la mente como si nunca hubieran estado dejando solo lo viejo, lo que no nos sirve en forma práctica para nada, salvo para contar alguna anécdota en las comidas y que por lo general repetimos hasta el hartazgo ya que también anulamos el recuerdo de la cantidad de veces que decimos algo y siempre nos parece la primera vez.

Empiezo a traumarme on line y mientras más me quiero acordar de las cosas más me las olvido. Como si en lugar de almacenar una dirección de un amigo, almacenara la orden “RECORDAR LA DIRECCION DE FULANO”, como si en en nuestra computadora tuviésemos una carpeta que contuviese otra carpeta titulada “ARCHIVOS PARA RECORDAR”, y dentro de ella un *.txt que dice “ACA TENDRIAN QUE  ESTAR LOS ARCHIVOS QUE TENDRIAS QUE RECORDAR.”

Iba a escribir algo más acerca de este tema pero se me fue. Si recuerdo mientras hago la corrección ortográfica lo agrego, sino bueh, sabrá comprender querido lector.