jueves, 4 de diciembre de 2014

Día 17 - Masa critica (teatro)


Masa crítica

Personajes

Abogada: Aproximadamente veinticinco años, proviene de una familia de abogados y quiere hacer su propio camino, no quiere integrar el buffet familiar. Hasta ahora sólo trató divorcios y juicios laborales. Viste sobria y parece siempre tener todo bajo control.

El viajero: Edad aproximada cuarenta años, vestido neutral, no sugiere ninguna época, no se identifica con ninguna labor o profesión. En apariencia tiene una hija que se llama Valeria que supone catorce o dieciséis años, que tiene una rara variedad de leucemia, sólo curable mediante una costosa operación.

Ámbito

Sala amplia sin ventanas y con una sola puerta de acceso. Paredes gastadas y manchadas de humedad. Una sola luz cenital cuelga sobre el escritorio y una silla de cada lado a modo de sala de interrogaciones.

La obra

A oscuras se escucha el tango “Nada” por Julio Sosa.


Se ilumina la silla y se encuentra al viajero visiblemente golpeado y sangrando. Respira con dificultad, apenas se mueve. Tiene los ojos vendados y se encuentra con las manos esposadas en la espalda.
Entra la abogada, correctamente vestida llevando una carpeta en la mano. Se sorprende del estado en que se encuentra el detenido y detiene su caminar. Cierra la puerta por la que entró y se acerca con cautela. Le pasa la mano por delante de la cara un par de veces para comprobar que el detenido no ve nada. Le va a sacar la venda y cuando toca la cara del viajero este último se sobresalta y asusta a la abogada que se queda con la venda en la mano. La suelta inmediatamente y se quedan mirando, los dos asustados.

Viajero:- ¿Quién es usted? ¿Qué quiere? Déjeme salir por favor, desáteme, esto es un error.

Abogada: -(retrocede hacia la puerta intentando recomponerse) Bueno, cálmese, yo soy...

Viajero:- (cortándola rápido viendo que no hay nadie le ruega) Por favor, desáteme, lo que están haciendo conmigo es muy grave, es una terrible equivocación, pueden cambiar el curso de muchas cosas si me retienen mucho más tiempo acá sentado. Hay mucho por hacer todavía

Abogada: -Es que yo...

Viajero: -¡Por favor! ¡Déjese de hablar y suélteme! ¡En cualquier momento vuelven las bestias y empiezan de nuevo y no creo que salga vivo esta vez! Usted parece razonable... ¡LA PUTA QUE LAS PARIÓ! ¡MUEVASE MIERDA! ¿QUE CARAJOS ESPERA?

Abogada: -(recomponiéndose y tratando de hacerle saber quién tiene el control) A ver, a ver si nos entendemos. Veamos la situación. Según los agentes, se le encontró solo y vagando por la calle con una valija llena de dólares de dudosa procedencia. Al momento de detenerlo, no posee documentación alguna que acredite identidad y de acuerdo a nuestros registros, no tiene antecedentes policiales ni nadie que lo reconozca. Para nosotros es un anónimo, un indocumentado, un nadie. Pero por otro lado, nos llena de intriga este insólito cargamento de dinero que estamos intentando rastrear. Tarde o temprano algún cabo suelto va a revelarse y su actitud no le va a servir de nada. ¿Por qué no colabora con nosotros? Veo que los muchachos no lo trataron muy amablemente. Todo, absolutamente todo tiene una razón, hasta su silencio. Pero también quiero que sepa que los cuerpos a la larga se quiebran y lo oculto termina por salir a la luz. Estoy aquí sólo para ayudarlo, pero necesito que confíe en mí.

Viajero: - ¿Confiar? ¿Usted me miró de cerca? ¿Le parece que puedo confiar en usted y su gente?

Abogada: -Entiendo que esté molesto...

Viajero: - ¿Molesto? ¡Estoy golpeado!

Abogada: -Está bien, entiendo su posición...

Viajero: -Por favor, le pido por favor, Libérenme, hago un llamado por teléfono y después les digo todo lo que quieran saber.

Abogada: -Pero eso que usted pide es imposible.

Viajero: -Tengo derecho a una llamada, usted lo sabe bien abogada.

Abogada: -En circunstancias normales sí, pero es mucho el dinero que usted traía consigo, y al no tener una acreditación de identidad hasta los organismos internacionales están preocupados.

Viajero: -Abogada, no me tome por estúpido. Mire la pocilga donde me tienen encerrado y explíqueme como un organismo internacional puede estar preocupado...

Abogada: -Esto es más serio de lo que parece, aunque usted lo dude, y le aseguro que se puede poner peor. Le pido por favor que colabore. Vamos a empezar por el principio, ¿Cómo se llama usted?

Viajero: - Mi nombre no le va a decir nada, para ustedes no existo al menos como persona, y mientras más me retenga, peor va a ser para todos.

Abogada: -No está colaborando, y no puedo seguir hablando si no tengo como nombrarlo, es lo básico, es lo primero que recibimos aun antes de nacer, es....

Viajero: -Pedro.

Abogada: -¿Cómo?

Viajero: -Pedro, dígame Pedro si tanto le incomoda hablar con un nadie.

Abogada: -(buscando algo para anotar) ¿Pedro qué?

Viajero: -Pedro, nada más.

Abogada: (sacándose los lentes)- Como quiera ¿Pedro? ¿A que se dedica?

Viajero: -¿Que espera que le diga? ¿Que trafico drogas? ¿Que vendo órganos? Que más da...si le digo que soy un accidente del destino y que voy y vengo por el tiempo como le dije a los agentes ¿también me va a pegar y amenazar?

Abogada: - (intentando no sumarse al discurso del viajero) Yo no espero nada, sólo cálmese y hablemos. Déjeme ayudarlo.

Viajero: - Si de verdad quiere ayudarme, suélteme, puedo hacer mucho por usted, más de lo que cree. Sólo tiene que confiar.

Abogada: - Usted sabe donde estamos ¿no? ¿Sabe que lo que me está pidiendo es una locura? Vamos a pensar un poco y a razonar.

Viajero: - ¡Razonar! ¡Le parece razonable detener a una persona libre y pegarle sólo porque llevo un bolso con dinero! Dígame ¿dónde está el delito? ¿Qué hice de malo? ¡Usted es abogada! ¿Por qué no hace su trabajo y me defiende?

Abogada: - (gritando) ¡Porque usted no me deja hacer mi trabajo! ¡No me ayuda! ¡No me da un dato coherente! ¡No me dice ni siquiera su nombre real! ¡Y encima pretende que me trague la historia del viaje en el tiempo para juntar dinero para su hija!

Viajero: -Nunca le dije nada de mi hija... ¿cómo supo?

Abogada: -....

Viajero: - (gritando) ¿¿Cómo carajos supo lo de mi hija??

Abogada: -(revolviendo la carpeta buscando) Acá en el expediente debe estar, en algún lado lo leí, algún agente lo debe haber mencionado...

Viajero: -(cambiando, reflexivo) Entonces, finalmente me soltaron, o me escapé...

Abogada: - ¡¡Acá está!! Lo declaró y lo anotaron. Acá dice clarito, “Se le encuentra en posesión de un bolso cuyo contenido es una suma considerable de dólares superior a los cuatrocientos mil dólares en efectivo, que según declara el acusado son para la operación de leucemia de su hija menor”

Viajero: - (casi llorando) ¡Hijos de puta! ¡Nunca declaré eso! ¿Cómo lo saben? ¿¿Por favor dígame qué sabe y prometo decirle todo??

Abogada:- ¡Cálmese por favor! ¿No se da cuenta que esta actitud suya nos deja siempre en el mismo lugar? Si consta en el expediente, significa que usted declaró estas palabras, no las inventó el agente que conversó con usted.

Viajero: - Por favor, déjeme llamar por teléfono. Es sólo una llamada y luego soy todo suyo.

Abogada: - Imposible, ya se lo dije.

Viajero: -¡Entonces llame usted! Le doy un número y llama usted. ¡Por favor!

Abogada: -Me está poniendo en un compromiso, no me puede pedir eso.

Viajero: -Tiene Razón. (Resignado) Olvídelo.

Pausa incómoda.

Abogada: - Voy a concederle sólo eso. Marco el teléfono que usted me dicta, y me dice que espera que escuche del otro lado. ¿Si?

Viajero: - Marque este numero por favor 01143357656 y luego sólo pregunte si Valeria está bien.
No lo anote en ningún lado... ¡memorícelo por favor!

Abogada: -¿Quién es Valeria? ¿Por qué tengo que preguntar si está bien? ¿Qué le pasa a Valeria?

Viajero: - Valeria es mi hija, sólo quiero saber si está bien nomás. Sólo eso. ¿Puede ser? ¿Memorizó el número?

Abogada; - Está bien, pero si aparece alguien yo corto y no hago nada más por usted. ¿Si?

Viajero: -Está bien. (Abatido) de acuerdo.

Abogada: -Repítame el número.

Viajero: - 01143357656

Abogada: - (tratando de memorizar repite en voz baja el numero varias veces. Le pregunta con un gesto de la cara al viajero quien asiente o niega según ella le va diciendo el número) Listo. Ya lo tengo. Pregunto por Valeria, escucho la respuesta y corto, nada más ¿eh?

Viajero: -Está bien, pregunte si ella está bien, después haga lo que quiera.

Abogada: -(saca un celular) Cero, once...

Viajero: -No, no llame desde un celular. Llame desde un fijo. ¡Sino queda registrado!

Abogada: -Que más da. Ya lo tengo marcado, memorizado, puedo hacer lo que quiera.

Viajero: - …

Abogada: - ¿De quien es este número? Se da cuenta que puedo rastrear fácilmente la dirección y a nombre de quién está la línea...eso me llevaría a saber más de usted en sólo minutos... (Se para enérgica y se dispone a salir. Cuando llega a la puerta se detiene y mira al viajero) ¿Éste número no existe verdad?

Viajero: - (se ríe)

Abogada: - ¿Usted es idiota? ¿Qué pretende con esta estupidez? ¿Eh?

Viajero: - (se ríe más fuerte aún)

Abogada: - (Deja el celular y comienza a apretar el cuello del viajero que no para de reírse) ¡Deje de tomarnos el pelo y hable! ¿De donde sacó tanto dinero? (a los gritos) ¿Por qué no colabora, por qué no nos cuenta que pasa, quien es y que carajos quiere?

Viajero: - (Ríe con mucha fuerza y dificultad, le resulta difícil seguir respirando y empieza a convulsionar)

Abogada: -(se da cuenta que se excedió y lo suelta violentamente tropezando con el escritorio. Retrocediendo cae al piso mientras el viajero convulsiona violentamente) ¿Que le pasa? ¿¿¿Que le pasa??? (Hacia afuera) ¡¡¡Guardias!!! (Se acerca y como puede le suelta las esposas de las manos. Confundida lo mira y al no saber que hacer mira hacia la puerta. Cuando está a punto de gritar de nuevo el viajero le toca el hombro. La abogada se sobresalta y al retroceder cae y se queda mirándolo)

Viajero: - (con mucha dificultad, casi susurrando la llama) Venga...venga por favor que no me queda mucho tiempo.

Abogada: -(dudando que sea otra estrategia del viajero no se acerca. Mira hacia afuera nuevamente y notando que la dificultad para respirar se agrava decide acercarse cauta)

Viajero: -Veeeenga...Por favor...es importante.

Abogada: -(torpemente se acerca y a distancia prudente se resguarda alerta) Dígame, Pedro, ¿qué le pasa?

Viajero: - Mi nombre real es Pedro, de verdad (tose ruidosamente) Escuche atentamente lo que le voy a decir.

Abogada: -(acercándose cautelosa le presta atención) Dígame, por favor. Siga hablando lo escucho.

Viajero: - Es importante que el dinero le llegue a mi hija...

Abogada: -Pero ya le dije...

Viajero: -(cortándola) Escuche bien, ya sé que no puede hacer nada, esta bien. Me ganó, le voy a contar todo, no puede haber otra forma. (Con dificultad) Mi nombre es Pedro, y mi hija es Valeria. Ella sufre un raro caso de leucemia, y la única forma de curarla es haciendo una operación difícil y cara. El dinero que junté es para eso...

Abogada: -Pero...

Viajero: - Esta es la parte increíble de la historia, yo descubrí una grieta en el tiempo, y puedo viajar cuantas veces me permita el cuerpo, siempre y cuando no altere nada, no debería haber grandes cambios, (tose fuerte) Descubrí que haciendo algunas maniobras pude multiplicar mis ahorros hasta conseguir la cantidad necesaria sin tener que robarle a nadie, especulación, compra de dólares,de todo…lo que pude juntar que es lo que hay en el bolso.

Abogada: -Pero es una locura, eso es imposible, usted delira.

Viajero: -(agarrando fuertemente a la abogada del brazo) No sea imbécil, ya pasé por esto muchas veces. Llame al número que le di y pregunte por Valeria, ella sabe todo esto. Para ella es un cuento pero no puede ser más cierto...Llame por favor, dígale que estoy acá, ahora...¡¡Llame!!

Abogada: - ¡Voy a llamar a los guardias! ¡Esto se salió de mi control!

Viajero: - ¡Llama a los guardias y nunca se va a perdonar que Valeria se muera igual que su hija!

Abogada: - (congelada en una pieza.) ¿qué dijo?

Viajero: - (la mira fijamente sin decir nada)

Abogada: - (reaccionando violenta) ¿Como supo de mi hija? ¡Dígame, como sabe!

Viajero: - ¡Suelteme por favor! ¡No hay mucho tiempo!

Abogada:- ¡Ah, ya sé! Improvisó, eso...Tiró un dato al azar y yo caí como una imbécil. Quiso arrastrarme a su juego, pero se equivocó conmigo.

Viajero: - (trata de levantarse pero resbala y se cae atado a la silla) (la abogada retrocede hacia la puerta y empieza a gritar) ¡Basta! No estoy inventando nada. ¿Cómo quiere que adivine que su hija de tres años murió de leucemia? ¿Cómo quiere que adivine que su familia la odia por no formar parte del prestigioso buffet “Lima y asociados”? ¿Cómo hago para convencerla que no estoy mintiendo?

Abogada: -(algo se le rompe adentro y se sienta en el piso) (casi inaudible) ¡es imposible! ¡ud no puede saber eso! ¡Ud no puede! ¿cómo puede ser?

Viajero:- Por favor...no se engañe más. Sueltemé pero ahora...Ud sabe que no pude haber inventado todo esto.

Abogada:- Ud, no inventó nada... ¡ud no inventó nada! Simplemente escuchó a los guardias, o leyó mi legajo, o alguno de sus cómplices le pasó datos. (se levanta del suelo con dificultad) Ud ató cabos y ahora juega conmigo. (el rostro se le desencaja) ¿Qué quiere usted de mí? ¡Dígame qué quiere usted de mí!

Viajero:- (desde el suelo levantando la cabeza) Quiero que llame a mi hija Valeria, que pregunte si está bien y nada más...

Abogada: - (lo agarra del cuello y le grita) ¿Quien se piensa que soy? ¿Quien cree que es usted? No le voy a permitir nunca más que mencione a mi hija entendió. Juegue con lo que quiera pero meterse con mi familia fue demasiado lejos. ¡Fue muy lejos esta vez!

Viajero:- (tratando de explicar casi ahogándose) Yo soy...yo soy....(tose estruendosamente)

Abogada:- (Tomando fuertemente del cuello al viajero) ¿Quien es usted? ¿QUE QUIERE DE Mí?

Viajero:- (convulsiona y finalmente se desvanece en manos de la abogada quien lo suelta brusca y cae sentada

La abogada creyéndolo muerto y casi a punto de gritar mira alrededor desencajada. Todo lo que pasó le resulta increíble, la historia de Pedro, su desvanecimiento, su hija si es que existe...Toma el celular y ve registrado el número que le dictó Pedro. Confundida lo marca. Suena un largo rato. Respira agitada. Cuando está por cortar la atienden.

Abogada: -(al borde del grito)Si hola. ¿Hablo con la casa de Valeria? Soy la abogada de su papá, Pedro. ¿Valeria? Ahh hola....si tu papá está acá....no, no puede hablarte ahora, está...ocupado. Decime lo que quieras decirle que yo se lo digo...no puedo pasarte con él, de verdad, recién salió...(se quiebra y empieza a llorar) Si...yo le digo que lo querés mucho y que vaya lo más rápido que pueda....Valeria ...Pedro me preguntó como estás...ahh, bueno...Si algo me contó...si, yo le digo... (poniéndose aun peor) ...Si no te preocupes, yo le digo que vaya cuando pueda...ahhh Valeria, una cosa más, me dijo que te diga que él está acá (con un nudo en la garganta) en la policía...no no hizo nada malo, le estábamos preguntando cosas y se sintió un poco mal...¿la dirección de acá?....sí, anota, Alem 1465. ..¿Anotaste?...yo le digo... (Se corta la comunicación)

El viajero convulsiona violentamente y la abogada se sobresalta. Lo siente respirar fuerte y con dificultad y sale gritando por los guardias.

Apagón.

Vuelve la luz y la abogada está sola en la escena.
Mira el lugar y no entiende bien lo que pasó.

Desde afuera, se escucha un fuerte portazo y corridas, se abren y se cierran puertas rápidamente. Murmullo in crescendo hasta hacerse insoportable. La abogada se acerca a la puerta y grita.

Abogada: -¡Qué pasó! ¿Por qué tanto ruido?

En off un agente: -Desapareció el hijo de puta... ¡Desapareció! ¡Lo dejamos sólo en la enfermería y desapareció! ¡Y el dinero también!

Abogada: -(mira su celular, desesperada llama al último número marcado y suena varias veces.)

(Audio en Off de celular): - El número marcado no corresponde a un abonado en servicio, por favor...

La abogada corta y tira el teléfono al piso destrozándolo.

Apagón.

Fin.

Día 18 - Revisación médica periódica (final)

Ya estaba de nuevo en la sala de espera con mi planillita arrugadisima y con manchas de diversos tonos ocre. Débil y con hambre, opté por sacarle la birome y los bizcochos a un zombie que yacía en la puerta de entrada. Tenía el aspecto de estar tirado hacía días por el aspecto de los bizcochos que tenían reservas de penicilina para un año o más. Me estaba acercando cuando de repente un rayo de luz iluminó la planillita del desdichado y comprobé con sorpresa que estaba casi completa. Me improvisé con unos bajalenguas que le afané a Igor que los usaba para sacarle dulce de leche a las facturas. Aprovechando la pegajosidad, y con mucha paciencia, logré sacar muy muy despacito la ansiada planillita. Cuando la tuve en mis manos vi que solo le faltaba el casillero 8. Mi corazón debilitado por la radiación parecía que iba a partirse en cualquier momento. Cuando estaba al borde del infarto, tronó el parlante sobresaltándome. Algo incomprensible sonó parecido a mi apellido seguido de una tuberculosa catarata de palabras mal articuladas. Antes que el moribundo despierte, me escurrí al ritmo de los "Permisos" que iba recitando como un apócrifo padrenuestro. Gané la puerta e Igor me miró desconfiando. Oculté los bajalenguas en las mangas con repulsión por los restos de dulce de leche pegado. "¿Qué le falta?" gruñó seco Igor. Miré la planillita que Igor me arrancó de un tirón. El grotesco rostro de Igor se deformó hasta lo imposible. Arqueó ambas cejas como como dos corchetes borroneados con alcohol. Sos ojos estaban literalmente desorbitados y surcados de gruesas trazas rojas. Me miró temblando y me dejó la planillita en la mesita de  recepción. Con el dedo índice señaló un consultorio que parecía haber estado cerrado por siempre. La puerta tenía un 8 acostado como si fuera un infinito. Algo no estaba bien. "¿Qué le pasa?" le pregunté a Igor que se ponía verde a cada minuto. "Nunca nadie llegó al consultorio 8" murmuró Igor, Por primera vez vi gestos humanos en su cara. "Vaya" insistió...y tiró sal gruesa adonde yo había estado parado.
Fui hasta la puerta y cuando estaba por golpear se abrió lento con un chirrido de madera vieja, como en los sótanos de las películas de terror. Una luz desde el fondo me cegó. La silueta de algo parecido a un ser humando de dimensiones anormales, se recortaba con dificultad. "¡Bájese los pantalones y los calzoncillos! ¡Y deje la planillita en el piso!" bramó algo desde el fondo de la habitación. Mientras me sacaba la ropa, se escuchó que el doctor abrió un cajón ruidosamente y se sintió un ruido a látex reseco. Se acercó lentamente fumando un destartalado cigarro armado. "¡Mire al costado!" mugió, y me puso un dedo en la ingle. Tuve por momentos la sensación que me iba a colgar como un pedazo de carne. "¡Tuesa!" ordenó el galeno. Mi cabeza procesó la palabra y al segundo le ordenó al cuerpo ponerse en posición de carcajada."¡Tuesa!¿Es sordo o pelotudo?" insistió. El cuerpo me convulsionaba en silencio y las risas se manifestaban como un ataque epiléptico. "¡¡¡TUESA!!! remató el doctor mientras me  levantó en el aire literalmente. No pude más. Estallé en risas, explícitas, fuertes, y finalmente una ráfaga de toses y flatos. El doctor me soltó y con asco tachó el cuadrito vacío de la planillita y la hizo un bollo.
"¡Vaya! ¡Así no se puede hacer ningúna revisación!" y diciendo esto último, sacó un encendedor de bencina y prendió fuego la planillita. Desde el piso, desnudo, dolorido y sin aire, me subí como pude los pantalones y los calzoncillos. Me arrastré hasta la salida que daba a la sala de espera y aprovechando el estado catatónico de Igor, taché todos los controles dándome por aprobado. Rengueando me estaba yendo cuando el zombie al que le robé la planillita me cortó el paso poniéndose en la puerta. "Cagué" pensé, se avivó que le robé. Me miró tres largos minutos y gruñó "¿Qué día es hoy?". "¿Cómo?" contesté. Me agarró del cuello de la camisa y repitió "¿Qué día es hoy?". "¡Martes!" me apuré, "¡Martes 18 de junio!". Me mostró mi planillita, me miró a los ojos y resoplando me dijo "¡No termino más esta revisación de mierda! Gracias pibe." y se acostó en el piso de nuevo.
Lo salté y me fui para no volver nunca más a revisarme allí.