jueves, 29 de octubre de 2015

Esperando el bondi

Las terminales de omnibus tienen ese que se yo ¿Viste?

Una tardecita estaba esperando el colectivo que me lleve de vuelta a San Nicolás, y un hombre mucho más bajito que yó parecido a Guido Gorgatti, me encaró de frente. "Escuchame nene, pagame un pancho."

Asombrado por la caradurez del Guido y un poco sorprendido le iba a decir algo y enseguida me cortó "Mirá pibe, vos no sos de acá ¿no? Yo tampoco, no me banco a los porteños." Empecé a mirar con supuesto disimulo buscando un guardia o algo por las dudas. "¡No tengas miedo nene! No te estoy pidiendo plata, te pido que me pagués un pancho nomás. Me soltaron esta tarde y no tengo ni un mango para el pasaje. Lo único que te pido es un pancho, simple, sin mucha vuelta ¿no te podés poner un rato en mi lugar?"

A esa altura tenía un cagazo que no veía nada. Lo que tendría que ser un acto natural venía arropado en demasiado misterio para mi gusto. Pensé velozmente en no mostrar la billetera ya que tenía algunos pesos que había cobrado por una venta de internet, por otro lado no podía hacerme mucho el vivo porque Guido tenía a favor el misterio, no sabía a ciencia cierta si operaba solo o si tenía en los bolsillos (nunca sacó las manos de ellos) un arma o algo así. Le estaba por empezar a mentir que solo estaba esperando a un amigo que llegaría de un momento a otro so pretexto de intimidarlo, pero pescó mis intenciones y me anticipó :"No te asustés nene. Estoy solo igual que vos ¿Me tenés miedo? Mirame a mí...¿te doy miedo? Si lo único que te pido es un pancho. Incluso me podés decir que no, que no me lo querés pagar, o que no tenés plata y no hay drama, se termina la historia. ¿Vos tenés plata para pagarme un pancho? ¿me lo querés pagar?"

Apuré el tramite y le dije "Vamos, vamos para la panchería y pedite lo que quieras. Y si te querés pedir una coca o un café también, no hay drama. Te banco."

Guido me siguió y le dije rápido a la cajera "servile al hombre lo que te pida, y decime cuánto es, que te lo pago"

La cajera lo miró y suspiró porque se ve que esta práctica era más habitual de lo que yo imaginaba. Me dijo "Son treina y seis pesos." Le di cincuenta y me fui a sentar al corredor a esperar las dos horas siguientes la salida del micro a casa.

Despues de agradecerme Guido se fue a comer el pancho con el agua mineral a la escalera y yo me escapé de su campo visual. Traté de no hacer contacto con nadie más. Miré las revistas de una librería, fui al baño y me senté en una silla a observar las pizarras electrónicas.

Como una hora despues pasó Guido y me saludó con una cabeceada. En una de esas, se puso serio y levantó las cejas como señalandome algo atrás mío. Me di vuelta con desconfianza y vi que dos pendejos se hacían los que miraban a otra parte. En eso estaba y Guido se les fue al humo, algo les habló por lo bajo y me señaló discretamente con el menton. Los dos muchachos se dieron media vuelta y se fueron. Guidi se me acercó y me preguntó si me faltaba algo. Tenía todo conmigo, la mochila, la billetera y el buzo, así que no me faltaba nada.

"Cuidate pibe" me dijo Guido, "En estos lugares hay gente muy rara ....¡suerte!"