Hace un tiempo fui a darle una mano a un amigo con un
festival de teatro. Básicamente me encargaba de conseguir o fabricar
escenografía, utilería y conectar cables. Se presentaban alrededor de tres
elencos por noche y el festival duraba cuatro días. Era mucho trabajo en poco
tiempo, pero estábamos felices cada vez que una obra salía bien. Una de las
noches, se presentó una obra que se llamaba "Alto apocalipsis" que
trataba con humor la llegada del fin del mundo y al protagonista lo agarraba
encerrado en el baño de un shopping. Hicimos la escenografía de un minúsculo
cubículo de baño con portarrollos de papel, perchero, inodoro, etc. Un trabajo maestro.
Durante la obra, el protagonista habla con diversas personas desde su celular
ya que es su única manera de despedirse de los que quiere ante la inminente
muerte global. Comenzó la obra y atrás de la escenografía estábamos con José,
otro técnico, sosteniendo la estructura del cubículo ya que en algún momento el
protagonista iba a empezar a tratar de derribar los tabiques y teníamos que
sostener todo para que no se venga abajo. De pronto entró una misteriosa mujer
que se sentó unos metros atrás en una mesa con una linternita de vincha y un
texto en la mano. Llamaba la atención que alguien haya elegido ese punto oscuro
para ponerse a repasar la letra, pensamos creyendo que se trataba de una actriz
de la obra que venía después de "Alto apocalipsis". La obra se
desarrollaba normalmente hasta que escuchamos una charla que el protagonista
tiene por teléfono con un amigo que supuestamente lo engaña con su mujer.
Sentimos un murmullo y miramos hacia el lado de la mujer sombría y confirmamos
la sospecha, ella estaba hablando con el protagonista con su celular. Era
increíble, el tipo no estaba actuando, estaba conversando en forma real con la
directora, que por otra parte nos enteramos que era su madre, recreando todos
los diálogos. También nos enteramos en ese momento, que el actor tenía mala
memoria y no pudo retener gran parte del texto. Mientras sosteníamos la
escenografía (no sabíamos bien cuando iba a empezar la hecatombe) nos mirábamos
con cara de "no puede ser". Era todo tan surrealista y hasta
gracioso, hasta que pasó lo que pasó, la extraña dama se acercó con su
linternita y mirándonos con pánico nos dijo "me quedé sin crédito ¿qué
hago?". Nos miramos con José mientras el protagonista le gritaba a su
celular "¡contestame boludo! ¡No me dejés con la palabra en la boca!"
y la gente se reía mucho. Le dimos nuestros celulares a la madre/directora y no
pudo comunicarse con su hijo/actor porque tenía bloqueados a todos lo usuarios
menos a su mamá. Ya con José nos mirábamos mal, no entendíamos cómo se puede
presentar alguien en un festival con la obra tan verde. La madre/directora se
acercó al hueco que hicimos para poner la falsa cañería del inodoro y por ese
agujero le soplaba la letra al hijo/actor. Era increíble, José soltó la
estructura y me dijo con señas "me voy a la mierda, dejá que estos
irresponsables se arreglen como puedan". Lo convencí de quedarnos un rato
más, que ya terminaba, que piense en el festival. Y así nos quedamos hasta el
apagón final que nos fuimos a la calle a fumar un pucho. Desde allí se
escuchaban los mal merecidos aplausos de la multitud de pie. Salió uno de los
sonidistas y nos llamó, nos dijo "¡Che, entren que Cesar (el hijo/actor)
quiere decir unas palabras!". Allá fuimos con José, entramos en la sala
justo cuando César, el hijo/actor decía: "Quiero agradecer a Hugo por haberme
hecho parte de este sueño que es este maravilloso festival, a los chicos del
sonido que hicieron posible esta obra y por sobre todo, quiero agradecer a mi
madre, que también es la directora de esta obra y que es mi vida y mi red que
nunca nunca me dejó ni me dejará caer. ¡Mamá, te quiero mucho!" y la gente
aplaudió más que nunca mientras desde lo oscuro venía la madre/directora con la
linternita en la frente y llorando emocionada mientras abría sus brazos para
recibir al desmemoriado retoño. José y yo puteamos al sonidista por hacernos
tirar al pedo los dos últimos marlboro nacionales que nos quedaban.
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