jueves, 9 de octubre de 2014

Día 42 - Rebelde sin causa


Se resistía a seguir a los demás.

Era la primera vez que pasaba. No era un día como todos. Significaba que algo no andaba bien.

Vanos fueron los esfuerzos para encausar al rebelde. Intentamos todo, arremeter por la fuerza, dosificar el suministro de agua, tentarlo a unirse a nosotros pero seguía firme en su capricho de quedarse justo donde estaba. Los tiempos ya estaban al borde de lo tolerable, la paciencia tiene un límite y esta situación no podría estirarse por más tiempo, el resto de la comunidad comenzaría con preguntas incómodas y las explicaciones nunca alcanzarían. Todo se tornaba inquietante. Aunque era pequeño resistía como un valiente dándonos a todos una lección de voluntad y perseverancia. Ausentes de recursos y a punto de desistir de nuestra titánica empresa, llegó a nosotros la solución en la voz de mi primo Nahuel: "¡Boludo, cuando tirés la cadena la próxima vez, largale mas o menos 30 centímetros de papel higiénico y vas a ver que se lleva a ese confite de mierda!"

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